Este encargo trata de dotar a la escuela Martí i Franquès de un polideportivo como equipamiento necesario para una escuela con tantos alumnos (es la mayor de Tarragona).
El edificio propuesto se plantea ligado al acceso principal, creando un porche en el camino de acceso que cruza el solar de lado a lado. Este porche une los dos edificios. Y el polideportivo aprovecha la sección existente entre este acceso a la escuela y el solar del patio actual, donde se ubica el campo de futbol, para proponer el acceso a graderío en la planta superior y a las pistas en la inferior (en contacto con el sótano de la escuela) entrelazando así los dos edificios, quedando atravesados por el camino de acceso, con esta idea se pretende dar sentido, además, a la posición centrada (por la simetría) del acceso principal, que está tan alejada de los accesos al solar desde las calles adyacentes.