El hecho de ser un edificio protegido, sin permitirse ninguna intervención en su envolvente, tanto en la fachada como en la cubierta, nos llevó a actuar desde el interior hacia el exterior basándonos en la tipología del edificio.
El edificio nace de un patio, que va modificándose planta a planta, llegando al irse cerrando al perímetro que tiene en la cubierta original. Esta deformación de los patios nos permite introducir una mayor cantidad de luz y perspectivas en el interior ya que toda la actividad del edificio se vuelca en ellos. Las esquinas se rompen ya que el edificio se sustenta con cuatro grandes pantallas de hormigón, centradas, que van acercándose paulatinamente conforme aumenta en altura el edificio, hasta llegar a unirse en la parte superior, permitiendo de esta forma el avance o retroceso, según las necesidades, de los distintos pisos.
El patio central, se cubre en planta segunda, por medio de un cerramiento de paneles verticales y horizontales de vidrio, sostenidos mediante una estructura metálica.
El patio medianero también se modifica, doblándose sobre sí mismo, para evitar la conexión visual con el patio del edificio vecino.
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